Mujeres fuertes, mujeres grandes, mujeres dueñas de su vida, de su presente, de su pasado, de su futuro, mujeres que van, que vienen, que luchan, que se caen y se levantan, una, dos, tres, mil veces, las necesarias para dar la cara, ¿por quién?, por sus hijos, sus hombres, su familia, primero ellos antes que ellas, porque así son, así nacieron, generosas, ´protectoras, sabias, comprensivas, tiernas. La lucha por vivir, por estar, pertenecer, triunfar, destacar, son parte de su historia, una llena de tropiezos, de obstáculos que les grita una y otra vez ¡NO PUEDEN!, por ser mujeres, por ser débiles, por ser menos inteligentes, por esto y por lo otro, sin importar que los hechos demuestran lo contario. Desde su trinchera cada mujer conquista, la que está en la casa lo da todo y para todos, deja de ser ella, para convertirse en esa sombra delicada, sacrificada que cumple los caprichos y necesidades de los suyos, sin decir nada, sin quejarse, se entrega al cien para recibir como recompensa un abrazo, un beso y a veces hasta un gracias. La que sale a trabajar, pelea y lucha como una leona para conquistar un lugar dominado por hombres, para no ser acosada, para no ser juzgada, para ganarse el dinero que le permite vivir honradamente, producto de su entrega y dedicación. La profesionista, la obrera, estudiante, todas ellas son sinónimo de esfuerzo, de arrojo que nació de sus entrañas porque esa es su condición, su esencia es la fortaleza, por seguir adelante, escalar peldaño tras peldaño sin voltear atrás. Amadas o no, casadas o solteras, con pareja o sin ella, las mujeres aman y se dan, se entregan y creen, confían a la primera, porque así son, fuertes por fuera, pero de corazón blando, porque lo tienen grande y generoso. Los tropiezos y decepciones acompañan a unas, mientras que a otras la suerte y el amor, aun asi y cada una en su condición, la mujer es alegre y optimista, cantadora, dicharachera, pues siempre busca lo bueno de lo malo, de la tristeza, encuentra la alegría, del llanto, la sonrisa, de la oscuridad, la luz. Porque siempre hayan una puerta, una guía, una voz, que las llama y las conduce a seguir viviendo, a sacar fuerzas de la flaqueza, con un propósito el encontrar su felicidad, pues es la que transmiten a quienes las rodean, familia, amigos, compañeros. La mujer es sinónimo de perseverancia, de lucha, es el núcleo de la familia, es el centro del universo, es quien da vida, es el pilar dentro de la sociedad, es quien cuida, protege, para ellas nada es imposible. Un aplauso pues para quienes interpretan un sinfín de roles en el día a día, para todas esas aguerridas que salen a trabajar, para las que se quedan en sus hogares, también trabajando, para las más jóvenes y las más pequeñas, para las adultas mayores, las abuelitas, para todas ellas que iluminan los días con su alegría: Las Mujeres.